jueves, 27 de diciembre de 2007

CAMBI - ARTE





Las personas cambian y generalmente se olvidan de comunicar dicho cambio a los demás.
Lilliam Hellman (1905-1984)
Dramaturga y guionista estadounidense.


Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
Eduardo Galeano (1940-?)
Escritor y periodista uruguayo.



Creo que merece ser renovada, ella está conmigo desde 1992; debo confesarlo, se ha ido en tres ocasiones, mismas que ha regresado a mi en las más extrañas circunstancias, es extraño como se extraña lo extraño. Dejar ir, es sin duda, la primera fase de la vuelta.



A finales de agosto de este, casi extinto, ciclo anual; tomé la decisión y ejecuté la partida; sin dolor, porque como dice una gran amiga, ese es opcional. Busqué, encontré, me instalé, con todo lo que soy, como soy, en un nuevo escenario.

Aquí vivo y si pago renta, es mi nuevo espacio; muy Jaime, según la apreciación de otra gran camarada del Clan 9, un enorme equipo en el que identifico a mis prójimos más próximos.

En otra ocasión explicaba a un sincero observador: Aquí todo tiene un significado, cada cuadro, cada libro, cada mueble, cada todo (sic)…. Dar valor a las cosas, no por lo que valen sino por lo que significan.

A esta casa trasladé todo lo que pude traerme de mis antiguos hogares, la solidaridad y el apoyo irrestricto de mis padres; la mirada fija, cercana pero al margen de mis hermanos, la calidez que da la pertenencia y la fortaleza que trasciende la identidad. Mis maletas no incluyeron, sin embargo, todo aquello digno de renovarse, de reinventarse, eso quedo en el pasado, en otros instantes que ahora sólo son recuerdos llenos de aprendizaje y experiencia.

Creo que he cambiado, creo que este año fue propicio para ser distinto por convicción y no por reacción. Los resultados no son precisamente definitivos, ni definitorios; habrá un corte de caja: superávit y déficit en distintos rubros y partidas (de todo tipo). El balance es favorable por el solo hecho de continuar por voluntad propia la travesía.



El mandato oficial obliga a cambiarla de inmediato, es prudente y necesario actualizar mis datos en el Registro Federal de Electores, comunicar al exterior que yo, como dice Neruda, el de entonces, ya no soy el mismo.

Aprovecharé estás vacaciones para realizar trámites que tengan que ver con el cambio de domicilio, me tomaré otra foto, asumiré la edad, me daré un vistazo y observaré como es ahora el nuevo lugar desde donde estoy jugando.

Para mis amigos, para quienes leen estas letras, deseo sinceramente un nuevo año lleno de misiones cumplidas, de propósitos recordados día a día. De cambios, de adaptaciones, de más cambios, de más ilusiones, de más sueños, de más realidades.

Todo cambia, todos cambiamos, va por mí y por todos mis compañeros.

¡Salud!

¡Feliz Navidad y un mejor, mejor 2008!

Buen fin de año


JNMH

jueves, 6 de diciembre de 2007

DISTANCIA - DOS





Cada uno tiene la edad de su corazón.
Alfred d' Houdetot (1799-1869)
Escritor francés.

Uno está enamorado cuando se da cuenta
de que otra persona es única.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
Escritor argentino




Aprendí a temprana edad que el amor es un evento que en el mejor de los casos requiere de la concurrencia de por lo menos un par de individuos; uno no es ninguno y más de dos ya es un carnaval, pareciera ser una de esas frases típicas del Abuelo, pero esta vez no, sólo es un acomodo de palabras para justificar mi falta de ideas claras al respecto.

Me enamoro dos o tres veces al día, en sintonía con esas secuencias cotidianas que nos alimentan en cuerpo y alma, de esas rutinas que nos limpian y a veces, sólo a veces, nos renuevan.

Ante ese sentimiento he guardado distancia, el amor y yo somos in-creíbles, yo no creo en el amor, porque él nunca ha creído en mi, ¡vaya frase! De ardilla diría un buen amigo azulcrema, uno de esos que hoy por hoy, anhelan estar en la liguilla del fútbol mexicano.

- Gracias por todo, le dije con una retórica francamente imperfecta.
- Mañana paso a la casa por mis cosas; me respondió con un tono exacto, tranquilo, para mi sorpresa, muy, pero muy incólume.
- ¿Así, nada más? Pregunté sorprendido
- Si, así, nada más…

Decir adiós es la forma más segura y exacta de quedarse.

- Perdón, creo que exageré, no quiero que nos separemos, le expresé más tarde, bajando la guardia, cerrando los ojos.
- Yo tampoco. Si termináramos así, sería como si de verdad no existiera nada entre nosotros. Las mujeres maduran más rápido, dicen las que saben.

Y entonces llegaron las promesas, los empeños, las frases habituales, la secuencia de artilugios del amor. Y entonces ambos usamos los para siempre como trampolín, como escalera. Validamos los mientras tanto como paliativos, como pretextos.

Las distancias no son las de los años, los ceros a la izquierda, o los kilómetros. Las distancias que separan son las de los sueños, las ideas; esas apartan y delimitan las visiones en teoría compartidas.

Juntos, cada vez más juntos pero en direcciones distintas. En sentidos paralelos, secuenciados, en caminos de carriles bien marcados.

Tal vez ese es el mejor juego de las parejas, aprender a vivir y convivir, atendiendo siempre las sanas distancias.

Buen inicio de semana

JNMH