martes, 17 de abril de 2007

REVERSA CON M




Tu mejor maestro es tu último error.

Ralph Nader (1934-?)
Activista y abogado estadounidense.



Seguir un sólo camino es retroceder.
Igor Stravinski







No pasa nada, a cualquiera le puede pasar… ¿a cualquiera? pregunté, pero yo no soy un cualquiera, pensé… hasta en los perros hay razas, bueno, eso dice uno de mis amigos más elitistas; ahora que lo recuerdo, de ahí la naturaleza de nuestra extra-ordinaria amistad, no a cualquiera, diría otra de mis amigas; ¿discriminadora?.. No, para nada, un poco selectiva, diría ella. Por eso somos amigos, y no los culpo… (dicho con un leve animo egocentrista pero juguetón y nada malicioso)

Una vez que reflexioné la categoría de mi accidente, por puro capricho del ego, reconocí que mi yerro había sido mayúsculo, con M de Menso, de Muy Menso, agregarían al unísono mis determinantes camaradas.

Un golpe en reversa, un llegue, un raspón, un besito… pobre auto, pero quién lo puso en mis manos.

Para atrás ni siquiera para tomar impulso, ya imagino el consejo de uno de esos motivadores de oficio que todo lo saben, que todo lo pueden, que todo lo dicen… ayer me dijeron que hay algunos que toman (tomamos) como bandera la palabra, y ese es su principal bastión, una especie de armadura, la favorita por ser la única. Bueno, la cuestión es que hace una semana retrocedí y un poste me recordó que hay lugares para todos, en especial para los bien plantados, así que aunque quise no pude pasar más que a su lado y eso un poco rasguñado, como diría el Abuelo.

De poco sirvieron mis explicaciones, es que no se veía nada, estaba muy oscuro, no es justificación, dijeron los compañeros de expedición que hicieron las veces de jueces sumarios. Un borrachazo dijeron aquellos para quienes la sentencia fue fácil y sencilla. ¡Qué no se veía nada! Insistí, cabizbajo, aunque de poco sirvió que lo repitiera.

Para mi bitácora de viaje apunté: estábamos de vacaciones en el pueblito de mis papás, llevamos a su casa a la tía Vicky, (paradójica referencia, trasladar a la Victoria y terminar derrotado) era una calle de difícil acceso, sólo se podía salir en reversa, la calle de terracería, el alumbrado era escaso, estaba lloviznando, no había visibilidad, al momento de dar marcha atrás, después de diez metros sentí un golpe. No pasa nada le dije a mi papá y a mi solidario tío, así es, dijo él, no pasa nada, hasta yo le he pegado a mi carro, no sé si eso fue un aliciente o de plano una referencia bien intencionada. Ya con luz vimos la magnitud del alcance –literal-. ¡Ya vámonos! llegando al D.F. lo arreglamos, dije sin mayor dilación.

Si no hay solución, para qué te preocupas, algunas veces he escuchado ese consejo. Postergar no siempre es evadir, a veces facilita el paso siguiente, el mientras tanto.

¿Cuánto por el golpe, maestro?, cuestión de millares de pesos, imaginé, así fue, en un par de minutos la cantidad se pacto, las llaves se entregaron; un grupo de individuos pusieron manos a la obra, en tres horas borraron las huellas de un retroceso cualquiera, bueno, un retroceso con M Mayúscula.

No a cualquiera, repetirían mis amigos, incluso los menos enterados, pero así es esto de los juicios a los que uno se somete por voluntad propia.

El golpe se disfrazó. Quedó como si nada , dice mi papá.

Los errores se corrigen y a veces, sólo a veces, las experiencias quedan. No avanzar es también una forma de retroceder, según me dice la consejera que llevo por conciencia.

Se trata de avanzar, de avanzar con A de Aprendizaje .

Buen resto de semana.

Chau