A veces, nuestro actuar y nuestra voluntad permanecen peleados a muerte.
Hay tantas cosas que no se dicen, por que son obvias, porque las miradas acusan, porque las miradas por si solas perdonan.
Porque las miradas encierran en un solo instante cualquier noche por larga que sea.
Hay muchas cosas que no se explican, se sienten, se guardan, se alargan.
La imaginación y la duda entonces aparecen, para volverse sonrisas, para volverse silencio.
El tiempo acomoda las piezas, el miedo aniquila oportunidades, el viento transporta amores efímeros; necesarios, pero efímeros.
La paciencia es una dolorosa pero efectiva virtud.
Una mirada así, una sonrisa así, una esencia así…
Son los motivos más claros de mi nostalgia desvelada.
Hay tantas cosas que no se dicen, por que son obvias, porque las miradas acusan, porque las miradas por si solas perdonan.
Porque las miradas encierran en un solo instante cualquier noche por larga que sea.
Hay muchas cosas que no se explican, se sienten, se guardan, se alargan.
La imaginación y la duda entonces aparecen, para volverse sonrisas, para volverse silencio.
El tiempo acomoda las piezas, el miedo aniquila oportunidades, el viento transporta amores efímeros; necesarios, pero efímeros.
La paciencia es una dolorosa pero efectiva virtud.
Una mirada así, una sonrisa así, una esencia así…
Son los motivos más claros de mi nostalgia desvelada.
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